Existen elementos básicos que conforman la idea del evento y conllevan decisiones importantes a tomar, como la elección del venue, distribución el espacio, speakers participantes, decoración y demás. Estos elementos generalmente son lo primero que es percibido por los visitantes, pero existen detalles que en apariencia son mínimos pero apoyan en gran medida al refuerzo de la marca, destacar el evento del resto y a ofrecer una experiencia positiva y agradable al público, especialmente al corporativo.
Partiendo de este punto, podemos seleccionar diferentes amenities para ofrecer en el evento que no serán necesariamente percibidos inmediatamente por el público, pero están presentes en el evento y apoyan al refuerzo de la experiencia dentro del mismo, como son: caramelos corporativos, artículos promocionales con la imagen de la marca, presencia del logo en elementos como el catering, centros de mesa, folletería y demás.
Por otra parte, podemos atacar el lado subliminal a través de elementos que no resulten tan obvios como utilizar iluminación y mobiliario con los colores representativos de la marca o del evento, o basarnos en otras alternativas sensoriales como música, aromas, texturas y todo aquello que el visitante pueda percibir a través de sus sentidos.
Utilizando estas opciones logramos provocar en los asistentes una relación positiva con el evento y la marca que se traduce en retroalimentación favorable y la búsqueda de una futura interacción con los mismos.